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La Parábola de los Talentos: ¿Y Tú Qué Piensas Hacer con los Tuyos?

escrito por  David Cantone

Hoy te traigo una historia, se llama La Parábola de los Talentos y fue compartida por primera vez hace casi dos mil años, por Jesús de Nazaret. Seas religioso o no, esta historia te interesa.

A pesar de que la palabra talento en esta historia hace referencia a una moneda que representa una gran suma de dinero, nada impide que extendamos su significado a cualquier otra esfera de la vida. Es interesante leer la historia utilizando el significado actual de la palabra talento (aptitud, capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación), el cual, de hecho, proviene de esta misma historia.

La historia dice así:

La Parábola de los Talentos

la parabola de los talentosPorque el reino de los cielos será semejante a un hombre que al emprender un viaje largo, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, a otro dos, y a otro, uno. A cada uno dio conforme a su capacidad y se fue lejos. Inmediatamente, el que había recibido cinco talentos se fue, negoció con ellos y ganó otros cinco talentos. De la misma manera, el que había recibido dos ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. Cuando se presentó el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos y dijo:

Señor, me entregaste cinco talentos; he aquí he ganado otros cinco talentos.

Su señor le dijo: Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.

Y cuando se presentó el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, me entregaste dos talentos; he aquí he ganado otros dos talentos.

Su señor le dijo: Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.

Pero cuando se presentó el que había recibido un talento, dijo: Señor, yo sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Y como tuve miedo, fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo.

Su señor respondió y le dijo: ¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que cosecho donde no he sembrado y que recojo donde no he esparcido? Por lo tanto, debías haber puesto mi dinero en depósito con los banqueros, y al venir yo, habría recibido lo que es mío con intereses.

Por tanto, quitadle el talento y dadlo al que tiene diez talentos. Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Al siervo inútil echadlo a las tinieblas de afuera, donde habrá llanto y crujir de dientes.

Mateo 25, 14-30

Reflexiones Morales

Esta historia no puede dejar indiferente a nadie. Su mensaje es demasiado poderoso como para no agitar conciencias.

Estas son algunas de las reflexiones esenciales que extraigo de su lectura:

  • Todos tenemos diferentes habilidades y capacidades, y es importante reconocer y utilizar los dones que hemos recibido de manera responsable.
  • La importancia de la diligencia: Los siervos que recibieron cinco y dos talentos fueron diligentes y trabajaron para multiplicar lo que se les había confiado. Esto resalta la importancia del esfuerzo y la dedicación en la vida; se espera que aprovechemos al máximo nuestras habilidades y oportunidades.
  • El peligro de la inacción motivada por el miedo. A veces, el temor a fallar puede llevarnos a desperdiciar nuestras oportunidades más valiosas.
  • Cuando el señor regresa y llama a cuentas a sus siervos, nos recuerda que en la vida, todos enfrentaremos un momento en el que rendiremos cuentas de cómo hemos utilizado nuestros dones y recursos.
  • Los que utilizan y multiplican sus talentos, serán recompensados. Los que no lo hacen, serán castigados. Es decir, los talentos son dones y recursos que debemos utilizar de forma productiva para aprovechar las oportunidades de la vida. Si así lo hacemos las cosas nos irán bien en la vida. Si, por el contrario, desatendemos estos talentos que todos tenemos, entonces las cosas nos irán mal.

Ahora veamos algunas reflexiones más prácticas al mundo actual:

¿Qué haces con tu dinero?

El dinero es el recurso por excelencia en el mundo moderno en el que vivimos (y por qué no decirlo, también lo era en el pasado cuando surgió la parábola de los talentos). No en vano todos trabajamos cada día para ganar dinero, subsistir y progresar.

¿Qué lecciones podemos extraer del texto acerca del dinero?

  • El dinero puede ser “pólvora” o puede ser “semilla”.
  • El dinero es un medio que nos sirve para conseguir cosas a cambio de este.
  • El dinero del que disponemos es limitado, pero lo podemos multiplicar.
  • El dinero puede utilizarse / invertirse para generar más dinero.
  • No solo el trabajo consigue dinero, sino que el dinero también puede trabajar por ti consiguiéndote más dinero.
  • Si no utilizas tu dinero, este no crece (y encima te verás”penalizado”, por ejemplo con la inflación tu dinero cada vez valdrá menos).

El mensaje: en vez de no utilizar o malgastar el dinero debemos utilizarlo de forma productiva (invertirlo) para multiplicarlo.

Hemos trabajado duro para conseguirlo, pero el dinero, si no se utiliza con cabeza, no tardará en volatilizarse.

El dinero, en vez de quemarlo como la pólvora, plántalo como la semilla.

El que algo quiere algo tiene que sacrificar. Trabajar duro e invertir es sacrificado. Lo fácil es no hacer nada o malgastar el dinero, pero ya hemos visto que solo el que pone su dinero en uso, y asume ese sacrificio, será recompensado.

El efecto multiplicador del dinero:

  • Quien quema su dinero o lo malgasta nunca conseguirá multiplicarlo.
  • Quien guarda su dinero sin obtener un rendimiento a cambio nunca conseguirá multiplicarlo.
  • Quien lo deposita en un banco puede sacarle un rendimiento en forma de intereses, pero que no espere multiplicarlo.

Esta es una actividad de poco riesgo y de poca recompensa, y es precisamente la forma de proceder que el señor de la historia confiaba que siguiera su sirviente menos dotado. Tener cierta cantidad de dinero depositada en el banco es una buena idea (por ejemplo, para poder hacer frente a los imprevistos de la vida o para poder aprovechar oportunidades interesantes cuando se presenten), pero el que aspire a multiplicar su dinero va a tener que buscar otras vías, más sacrificadas y arriesgadas pero con un mayor potencial de ganancias.

  • Solo el que invierte puede esperar multiplicar su dinero.

Las inversiones de dinero tienen riesgo. Nadie te asegura que salgan bien. Ahora bien, las recompensas que estas esconden solo se pueden conseguir asumiendo ese riesgo.

  • El que no invierte no cosecha.

El dinero invertido en formación, en herramientas de trabajo, en servicios que nos ayudan en nuestro negocio, en la creación de activos que generarán rendimientos, etc., es poner el dinero a trabajar por ti. Plantamos esas semillas que germinarán el día de mañana en nuevas oportunidades en las que podremos multiplicar esa inversión inicial que hemos hecho.

Es normal y necesario gastar dinero para cubrir nuestras necesidades básicas, y en lo posible depositar dinero en el banco y pagar las deudas. Pero también hemos de aprender la lección de esta parábola y, en lo posible, dedicar una parte del dinero que ingresamos para darle un uso productivo e invertirlo. Pues solo así podrás decantar la balanza de la fortuna a tu favor.

¿Qué haces con tus talentos?

Los talentos mencionados en la historia no sólo representan el dinero, o las cosas materiales, sino también las cualidades y la capacidad que todos llevamos dentro nuestro, es decir, nuestro potencial.

La vida no es justa. No todos empezamos con las mismas cartas. Unos nacen en la abundancia (5 talentos) y otros lo hacen en la escasez (1 talento). Pero en la vida, como en la parábola, lo importante no es lo que tenemos sino lo que hacemos con lo que tenemos.

¿Te has fijado que en la parábola se felicita por igual al que recibió cinco talentos (y los convirtió en diez) como al que recibió dos (y los convirtió en cuatro)? Esto es porque ambos hicieron todo lo que pudieron con lo que tenían disponible.

Seas una persona con muchos talentos o pocos es indiferente, lo importante es que los pongas a trabajar y saques de ellos lo máximo que tus posibilidades te permitan. Consigas lo que consigas estará bien, siempre y cuando hayas dado el 100% para conseguirlo.

En cambio, el que esconde sus talentos, por poco o muchos que estos sean, como dice la parábola, se le quitará lo poco que tenga y se le dará al que tiene en abundancia, y se le expulsará a las tinieblas donde encontrará llanto y crujir de dientes. Es duro, ¿pero alguien puede decir que esto no es así?

Quien silencia su potencial, no sólo menosprecia el valor de su existencia, sino que además se asegura una vida llena de frustraciones y sufrimiento.

La alternativa no es otra que superar el miedo que nos retiene para cumplir con nuestro potencial, para hacer lo que estamos llamados a hacer.

Sí, como dice la parábola, es el miedo lo que retuvo al tercer siervo de utilizar su talento, en este caso, el miedo a perder el dinero que le había dado su señor y a ser castigado por ello. Pero tener miedo no puede ser una excusa para mantenerse inactivo, esa es una actitud cobarde, de desidia y complacencia que terminará por pasar factura.

¿Qué habría pasado si alguno de los que invirtió el dinero hubiera terminado con pérdidas en vez de ganancias? No lo sabemos porque la historia no lo dice, pero según la interpretación que hago, lo condenable no es perder los talentos sino el no utilizarlos.

Conclusión: hemos de invertir los talentos que se nos han dado.

¿A Qué Aspiras en Tu Vida?

El otro día, hablando con unos conocidos, salió el tema de la mala situación del mercado laboral, de las largas horas que te hacen trabajar y de lo mal que pagan. De hecho, algunos trabajos pagan tan poco que ni siquiera es suficiente para cubrir las necesidades básicas de una persona.

Una de las personas dijo algo que me resultó chocante y que viene que ni pintado para lo que hoy hemos tratado aquí: Yo, al empleador, le haría una lista con mis gastos básicos y le diría que me conformo con un sueldo que me permita cubrirlos.

En mi opinión (acorde a la Parábola de los Talentos), esta forma de pensar es un error. ¿Una persona joven y con estudios hablando de esa manera? La ambición por mejorar y hacer las cosas con pasión deberían ser su bandera ante los desafíos de la vida. En su lugar, parecía alguien resignado a la esclavitud, a trabajar el resto de su vida en algo que no le gusta con tal de cubrir sus necesidades básicas, y a que otros decidan la vida que tiene que vivir.

Y yo a esto digo: diseña la vida que quieres vivir…y luego constrúyela paso a paso, hábito a hábito y piedra a piedra, con pasión y dedicación.

Al final la vida es una elección, una elección del camino que quieres seguir y una actitud que vas a tener a lo largo de este camino.

La actitud es muy importante en esta vida: mientras uno dice “me conformo con lo mínimo” otro dice “aspiro a aquello que corresponda a mis talentos y dedicación”; mientras uno esconde sus talentos el otro arde en deseos de ponerlos en uso y mostrarlos al mundo.

El mundo necesita gente así: personas que reconozcan sus talentos y les den un buen uso, aplicando la razón, la constancia y la dedicación.

Puedo comprender que alguien se resigne temporalmente a un trabajo sin futuro para cubrir sus gastos o pagar sus deudas, muchos lo hemos hecho, pero no podemos (ni debemos) dejar apagarse nuestra llama interior, ese deseo por mejorar y dar lo mejor de nosotros mismos. Eso, en esencia, es lo que nos viene a decir la Parábola de los Talentos.

¿Y tú, qué piensas hacer con tus talentos?

Para ayudarte a nutrir esos talentos que tienes y que los puedas poner en buen uso…

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