fbpx

El Producto Mínimo Viable

escrito por  David Cantone

Producto Minimo Viable

¿Estás invirtiendo dinero en un proyecto que no tiene futuro?

No malgastes más tiempo creando algo que nadie quiere.

Utiliza el acercamiento del producto mínimo viable (MVP según sus siglas en inglés) y descubre si merece la pena seguir adelante.

El problema

A nadie le gusta perder el tiempo ni el dinero. Pero, ¿cómo saber si un producto o un servicio que tenemos en mente va a tener buena aceptación en el mercado?

Muchas personas (y empresas) basan sus decisiones de lanzar un producto en un estudio previo de mercado. Otras ni siquiera eso, simplemente se limitan a construir algo porque en sus cabezas la idea funciona.

Después de mucho trabajo, tiempo y dinero invertido llega el gran día del lanzamiento. Sorpresa sorpresa: no hay ventas o estas ni por asomo cumplen con nuestras expectativas. ¿Por qué?

Simplemente porque nadie quiere el producto.

La realidad rara vez se ajusta a nuestras previsiones. La mejor forma de saber cuál es la realidad es afrontándola cuanto antes. Ahí es donde entra la estrategia del producto mínimo viable.

Qué es el producto mínimo viable

El producto mínimo viable, término que popularizó Eric Ries, consiste en hacer un experimento para corroborar o descartar una hipótesis invirtiendo para ello los mínimos recursos (tiempo, dinero, esfuerzo) posibles.

Sé que suena raro dicho así pero sigue conmigo porque a continuación lo aclaro.

La hipótesis suele referirse a la presunción de que el producto es viable, es decir, el mercado está dispuesto a usar nuestro producto y a pagar por él.

Para corroborar o descartar esa hipótesis nos servimos de un experimento: sacar una versión temprana del producto; hacer una pregunta directa a nuestros potenciales clientes sobre su interés en nuestro producto; presentar un producto que todavía no existe (pero haciendo ver que sí existe) para captar los datos y el feedback de potenciales clientes; una campaña con AdWords que dirija visitas a una landing page del producto (aún inexistente o en fase de desarrollo); etc.

¿Por qué esforzarte en crear un producto sin saber antes si merece la pena?

El objetivo básico es conseguir la validación (el visto bueno) de los clientes. Es decir, saber si éstos están o no interesados en tu producto o servicio. Además, a través del feedback de nuestros primeros clientes sabremos si estamos yendo por el buen camino o no.

Ahora bien, como ya dije arriba, para aplicar la estrategia del MVP no siempre es necesario colocar un producto en el mercado, a veces es suficiente con poner una oferta en una landing page, comprar unos anuncios a través de Google para mandarle tráfico y ver las conversiones que se producen (clics, emails capturados, ventas, shares, etc., según sea el objetivo de tu oferta).

Aunque este concepto (producto mínimo viable) está especialmente pensado para startups que se dedican a la creación de aplicaciones web nada impide que lo apliquemos a nuestro propio negocio, sea de la naturaleza que sea.

Usos reales del producto mínimo viable

Cuando tengamos en mente una idea para desarrollar un nuevo producto o servicio tenemos que saber cuanto antes si es viable o no, es decir, si los ingresos que obtendremos de su venta superarán lo invertido para su producción.

Esto es aplicable tanto para grandes empresas como para negocios pequeños.

1. Por ejemplo, Virgin Atlantic, aerolínea fundada por Richard Branson, empezó en 1984 con un sólo avión Boeing 747 y tan sólo hacía una ruta (Gatwick a Newark, ida y vuelta). Hoy Virgin Atlantic tiene 38 aviones.

2. DropBox, el aclamado servicio de hospedaje de archivos online, es otro ejemplo claro de uso del producto mínimo viable. Drew Houston, su fundador, creó DropBox para uso personal pero pronto vio que podría ser útil para otros que tuvieran su mismo problema.

¿Cómo podía asegurarse de la viabilidad del producto? Como no podía poner un prototipo en el mercado, por limitaciones técnicas, se grabó el mismo en un vídeo usando el producto y lo publicó. Según palabras del propio Drew, este simple vídeo mandó cientos de miles de personas a su página web y su lista de espera para usar el producto en beta creció de 5.000 a 75.000 casi de la noche a la mañana. El resto es historia.

(¿No puedes ver el vídeo? Ver en Youtube)

3. Otro uso del producto mínimo viable son las capturas de pantalla falsas. Antes de escribir el código de la aplicación se hacen unos bocetos de su interfaz y se mandan a un diseñador para que haga unos diseños que simulen capturas de pantalla de la app funcionando.

Para ello puedes usar plantillas para Photoshop de navegadores web (photoshop browser templates). Conciertas citas con potenciales clientes y les dices que la app está en proceso de desarrollo, entonces les muestras las capturas de pantalla como si fueran auténticas.

El objetivo de esas reuniones puede servir para comprobar el interés de potenciales clientes por tu producto; recoger su feedback de cómo debería ser este producto; firmar una letra de intenciones de uso gratis de tu producto en beta y su compra a una fecha y precio fijado en el caso de que cumpla con sus expectativas. Aquí tienes un caso de estudio de uso de capturas de pantalla falsas.

4. Otra opción sería mandar tráfico a una landing page del producto (aún en fase conceptual o en desarrollo) para que los interesados dejen su email y así les puedas notificar cuando el producto esté disponible. Como incentivo para que dejen su email les puedes ofrecer formar parte del grupo de beta testers o bien un descuento para la compra del producto una vez esté listo.

5. Un simple mensaje mandado a tus potenciales clientes para comprobar su reacción ante tu propuesta podría considerarse un producto mínimo viable.

Estos son sólo algunos ejemplos de usos del producto mínimo viable.

Producto mínimo viable y producto mínimo vendible

Producto mínimo viable no significa el producto mínimo que se puede vender (en muchos casos el producto sigue en fase conceptual) sino aquel experimento que te permite corroborar o descartar una hipótesis (viabilidad del producto) utilizando para ello los mínimos recursos posibles.

Es decir, descubrir de una forma fácil y rápida si el mercado está dispuesto a usar tu producto o servicio (interés de uso) y a pagar por éste (interés de compra).

Eso no quita que un producto mínimo vendible pueda servir a su vez para cumplir ese misma función, como vimos en el caso de Virgin Atlantic. Tienes un producto o servicio mínimo que ya se puede vender, lo sacas al mercado y compruebas de primera mano su aceptación. Si es bien recibido entonces sigues invirtiendo en el producto y lo mejoras con el feedback de sus primeros usuarios.

Descubre cuanto antes la reacción del mercado a tus iniciativas y no malgastes tiempo, dinero y esfuerzo inútilmente.

¿Conoces otros ejemplos de usos del producto mínimo viable? Deja tu comentario abajo.

¿Te ha gustado? Comparte el artículo en Twitter y Facebook. Gracias!

Cuando estés listo, hay 2 maneras en las que te puedo ayudar:

1. EmprendeCreador University: Comunidad privada en la que aprenderás a lanzar y hacer crecer un negocio de creador de coaching, consultoría o experto.

2. Negocio Escalable: Consultoría 1 a 1 con David para sistematizar y escalar tu negocio. Esta consultoría es para Agencias, Negocios B2B, Coaches, Consultores y Educadores Online de Ticket Alto.

Únete a más de 20.000 suscriptores y recibe un consejo práctico cada semana para lanzar, hacer crecer y monetizar tu negocio online de cursos, coaching o consultoría.