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La Motivación Necesaria para Tener Éxito en Tus Proyectos

escrito por  David Cantone

 

Motivacion Exito

¿Cuál es la motivación que tienes por conseguir que un proyecto funcione? No es lo mismo querer o desear que funcione que necesitarlo. Cuando necesitas de veras que un proyecto que has emprendido funcione un chip en tu cabeza se activa, aclarando las ideas y propiciando que las decisiones que tomes estén centradas en el progreso del proyecto. Asimismo, tu determinación en el actuar aumenta y esa resistencia interna que te impedía llevara cabo ciertas iniciativas desaparece.

A sabiendas de la dificultad que entraña el discernir cuando se tiene esa motivación necesaria para tener éxito voy a explicarte una historia sobre un maestro de Kung Fu y un joven que quería ser su discípulo.

El Maestro de Kung Fu y el Joven que Quería Ser Su Discípulo

Un joven escucha de boca de unos campesinos sobre las proezas en el arte del Kung Fu de un hombre que vive en las montañas. Al parecer, su destreza es tal que se le atribuyen una serie de poderes sobrehumanos. Se dice que incluso se le ha visto levitar mientras medita en la espesura del bosque. El joven, intrigado por esas historias decide ir a lo alto de la montaña en la que dicen que vive el maestro. Después de intentarlo varias veces al final le encontró.

Un hombre, más bien bajito, del que no podría concretar su edad, se encontraba pescando en un riachuelo. “Maestro, he oído hablar de su destreza sin igual en el arte del Kung Fu. Me gustaría ser su discípulo”. El maestro, sin girarse ni distraerse de su tarea le replicó: “Tú no quieres aprender Kung Fu. Vete y no me molestes”. Desconcertado, el joven no entendía qué quería decir el maestro con que él no quería aprender Kung Fu, claro que quería, pensó, sino para qué habría subido hasta allí arriba.

No contento con la respuesta del maestro lo volvió a intentar el día siguiente, esta vez se lo pediría con más determinación: “Maestro, aprender Kung Fu es lo que quiero más en este mundo. Estoy dispuesto a cuanto sea con tal de ser su discípulo. Ponga a prueba mi voluntad si no me cree”. El maestro, impertérrito y sin girarse le replicó: “Tú no quieres aprender Kung Fu. Vuelve cuando lo quieras de verdad”. El joven cabizbajo se fue sin entender qué quería decirle el maestro con esas palabras.

Después de meses de darle vueltas al asunto el joven decidió volver a intentarlo, pero esta vez se guardaba un as en la manga, esta vez el maestro le aceptaría como discípulo. El maestro estaba, como de costumbre, pescando en el río. El joven, acercándose al maestro y dejando en el suelo la bolsa que cargaba en el hombro, le dijo con una voz clara y fuerte: “Maestro. No me iré de su lado hasta que me enseñe Kung Fu. Observe lo que he aprendido por mi cuenta”. El joven empezó a lanzar puñetazos y patadas en el aire marcando al maestro que seguía impávido pescando. De pronto, el maestro como si de un rayo se tratara le soltó una patada al joven en la boca del estómago. Éste apenas podía respirar. Tardó unos segundos en recuperar el aire. El maestro esperó paciente a que se recobrara para esta vez hacerle una llave y tumbarlo en el agua del río. El joven, con la cabeza bajo el agua y totalmente inmovilizado por la llave del maestro, trataba con todas sus fuerzas, moviendo piernas y brazos, de liberarse y poder sacar la cabeza del agua para coger aire. Poco a poco se iba quedando sin oxígeno. Siguió intentándolo con todo lo que le quedaba dentro pero no fue suficiente. Iba a morir ahogado. Entonces, justo antes de que fuera a perder la conciencia, una fuerza lo sacó del agua y lo dejó en el suelo firme. El joven, aún aturdido en el suelo, escuchó la voz del maestro que decía: “Cuando quieras aprender Kung fu como ahora querías respirar vuelve y serás mi discípulo. Hasta entonces no me molestes más”. El joven, aún en shock por lo ocurrido, se fue dejando atrás al maestro, quien seguía pescando plácidamente como si nada hubiera ocurrido.

Pues bien amigos y amigas, esta es la historia que quería compartir con vosotros. La encontré en un post que escribió Johnny B. Truant en IttyBiz, quien a su vez la leyó en otro lado (sin recordar de quien). Creo que es ideal para ilustrar esa línea divisoria entre el querer y el necesitar de la que aquí hablamos.

Cuando realmente necesitas conseguir algo se experimenta una especie de transformación interna que hace que centres tanto tus pensamientos como tus acciones en un único objetivo: la obtención de eso que quieres. Ya no se permiten las distracciones ni los usos no productivos de tu tiempo y energías. La confusión se torna en claridad y el camino al éxito se dibuja ante ti. Y ahora reflexiona pensando en tus propios proyectos: ¿realmente quieres aprender Kung Fu?

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